23 de abril 2013
lajuj aq'qb'al
Por Ervin Fidel Us Alvarez
Ciudad de Guatemala – Estimado hijo, hoy nos preguntaste un
poco alarmado por las señales de desorden que observaste en las inmediaciones
de nuestro popular vecindario.
Un poco cansados y asqueados te respondimos vaguedades sobre
un tema que nos toca de manera directa: vos sabes que tu abuelo y dos de tus tíos fueron abatidos a
mansalva en operativos militares en nuestra natal Macalajau por pensar
diferente, por ser solidarios.
Pero ahora, un poco más sereno debo decirte que hoy el odio
de unos guatemaltecos contra otros está tomando formas que pensábamos
enterradas y olvidadas: es el odio
contra quienes estando condenados al olvido y la exclusión se atreven a rebelarse,
a exigir una mejor vida. Pareciera que aquellos que fueron sometidos a uno de
los planes más perversos de exterminio material, espiritual y simbólico en el
continente y probablemente en el mundo, necesitan ser acallados, defenestrados,
sometidos al escarnio público por osarse en reclamar, no venganza, pero si
justicia, perdón, pero no olvido.
Por eso dicen en la prensa, la radio y la Internet, esas
personas adultas que se hacen llamar comunicadores y que están a favor de la mentira, la maldad y la
perversión, que los fetos sacados del vientre de sus madres, las mujeres
violadas en montonera o las abuelas pasadas por el filo de machetes, fueron
simple y llanamente accidentes o daños colaterales; inevitables desbordes en
toda confrontación bélica.
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Foto Prensa Libre (Marcha IXIL en favor a militares) |
Las mujeres y hombres Ixiles que pudiste ver hoy fueron traídos mediante vergonzosos engaños y
amenazas de no recibir bolsas de alimentos que el gobierno da como se les tiran
migajas a los mendigos. La obligación
del Estado la convierten en davidosidad y generosidad particular: con pocas
opciones los Ixiles que hoy vimos deben aceptar jugar el juego de ellos.
Ojo hijo, mucha
atención, porque los pactos entre los grandes comerciantes y finqueros -a quienes en sus universidades privadas y
obtusas, les endulzan el oído con el sobrenombre de empresarios- y los
militares -en privado les decimos, tú sabes: chafas-, están más vigentes que
nunca. Y saben perfectamente, y tú también los debes tener claro, que no se
debate simplemente un juicio por genocidio: se debate nuestra visión y la de
ellos. La de quienes creemos que las bendiciones y riquezas de este hermoso
país que nombramos en nuestro sagrado idioma k'iche' como Paxil, deben ser
compartidas por todos y la que de aquellos que lo tienen secuestrado.
Con preocupación, más nunca con resignación, debo decirte
que de anularse el juicio contra dos de los más grandes asesinos y genocidas de
la historia, la justicia, sí esa palabra que usan mucho tus héroes de
caricaturas, quedará vacía en el país. Será un cascaron débil y fofo. Quedará
allanado el camino para quienes deseen repetir la barbarie como la que se está
juzgando.
Los responsables, los magistrados que velan por el
cumplimiento de nuestro principal contrato,
tendrán que ingeniárselas bastante bien para dar cuenta a sus hijos,
porque estarán condenando al país.
Tus papás:
Ale y Fidel
Fuente: HablaGuate