El sistema educativo no ha evolucionado desde la época
agraria, tal es así que las vacaciones de verano existen porque era la época de
cosecha y las familias requerían más manos para trabajar la tierra; en sí
mismas no eran vacaciones, era tiempo de trabajo.
Vamos un poco más hacia nuestros tiempos, a principios del
siglo XX, viendo que la revolución industrial estaba quitando empleos y que
sería necesario tener gente que operara más y más empresas de una manera
profesional (ya no iban a operar máquinas, ahora se dedicarían a servicios como
finanzas, ventas, etc.), Rockefeller, que tenía una gran influencia política en
EUA, ideó un sistema educativo que sirviera para generar empleados; sí, empleados.
Para esto se basó en el sistema educativo militar prusiano
que utilizó Napoleón al conquistar Prusia. El principal objetivo de éste era
crear soldados obedientes de un territorio enemigo recién conquistado. Tomando
esas bases, Rockefeller lo utilizó como base para hacer las adaptaciones en
contenido educativo y, prácticamente llave en mano, se hizo un cambio al
sistema educativo de Estados Unidos. Esto benefició directamente a Rockefeller
y a las familias poseedoras de monopolios y oligopolios que cada vez más
requerían empleados.
Hoy, en la era de la información, cuando un periódico del
día contiene más información de lo que hace más de 100 años se estudiaba en
toda una vida y los cambios de información son instantáneos, te das cuenta de
que no estás preparado para enfrentarte al mundo real porque a lo largo de toda
tu preparación, te fuiste especializando cada vez más en un área de desempeño.
Siempre te han dicho que es bueno y que mientras mayor sea tu grado de
especialidad serás mejor redituado en tu cheque mensual. Es justamente donde
entra mi primer punto: Estás preparado para ser un excelente empleado.
Para ser un dueño de negocio no puedes ser un especialista,
debes de ser todólogo. Por eso te has enterado de gente que deja la escuela y
hace fortunas, literalmente ellos se salen del sistema porque no encuentran
algo que les brinde un verdadero valor agregado como todológos. También
seguramente te has enterado de mucha gente especialista (abogados, doctores,
contadores) que quiebran sus negocios, aún que hayan sacado las mejores
calificaciones en la escuela y aún que tengan una maestría en administración de
empresas o un doctorado en cualquier otra área. Si lo ponemos en perspectiva,
hay gente que construye los mejores autos y hay gente que es la mejor
manejándolos, pero eso no significa que el que construyó el auto sea el mejor
manejándolo ni el que maneja el auto sea el mejor construyéndolo. Esto me lleva
a pensar que, otro grave problema del sistema educativo, es que no nos prepara
para trabajar en equipo, es decir, para hacer un trabajo cooperativo. Todo lo
contrario, nos enseña a ser competitivos. Inclusive en los “trabajos en equipo”
que se dejan en la escuela, siempre estamos compitiendo por ver quién fue el
que más entregó, el que mejor habló, el que más información buscó y
descalificar al peor, al que menos hizo.
En Japón por ejemplo, tienen un sistema de trabajo
cooperativo en equipo en el que verdaderamente cada quien aporta lo que se
encuentre en su área fuerte, sin importar si fue más o menos que el de al lado,
enfocándose solamente en un resultado conjunto.
Recapitulemos los errores del sistema escolar que llevamos
hasta ahora:
- No ha evolucionado con el tiempo (sistema agrario,
revolución industrial, no se ha adaptado a la era de la información)
- Nos prepara para ser especialistas y no todólogos o
generalistas, es decir, para ser unos excelentes empleados.
- Incentiva el trabajo en equipo competitivo y no
cooperativo.
Otro tema que me parece de vital importancia es que no
estudiamos un tema por convicción, lo estudiamos por obligación. Si bien es
necesario que nos orienten para saber qué estudiar y, por otra parte, tengamos
algunas materias “de cajón”, el sistema escolar se ha enfocado completamente en
incentivar el aprendizaje lógico-matemático, analítico y lingüístico, que se
encuentra en el lado izquierdo del cerebro. Los más premiados y “los más
inteligentes” son los que mejores calificaciones sacan en matemáticas. En
cambio, el lado derecho del cerebro, el creativo, comienza a apagarse desde que
entramos a la primaria y dejamos de estimular su desarrollo.
Sabías, por dar algún ejemplo, que el color negro es el que
más aburre al cerebro, sin embargo, desde que entramos a la primaria, dejamos
de lado los colores porque “son de niños” y nos adentramos en una monotonía de
color que limita el potencial de aprendizaje. Si pusiéramos más color, el
cerebro relacionaría mucho más fácilmente los apuntes con recuerdos y
produciría una mayor cantidad de mielina, lo que permitiría que hubiera
sinapsis en las neuronas. En palabras más entendibles, cuando se almacena algo
en una neurona y ésta se cubre de mielina, el recuerdo o aprendizaje se queda
grabado en la memoria a largo plazo, es decir, para siempre. Esto no sucede de
manera tan fácil cuando hay poco color o diversión en el aprendizaje. Por eso
cuando estudias algo te acuerdas tan poco tiempo de ello, porque no lo
relacionas con emociones ni con algo divertido, simplemente memorizaste a base
de repetición.
Existen 3 tipos de aprendizaje:
1) Mental – Memorizar hechos, lo cual consiste en almacenar
datos selectivamente en nuestro cerebro, igual que cuando archivamos datos en
una computadora.
2) Físico – Experiencia de primera mano, en la que
participan todos los sentidos, comprometiendo a la mayor parte del sistema
nervioso.
3) Emocional y Subconsciente – Involucran al estudiante a
través de sentimientos de alegría, miedo, pena, amor, compasión y exaltación.
La combinación de las 3 representa el máximo potencial de
aprendizaje del ser humano, tristemente, el sistema escolar actual solamente se
enfoca en el tipo de aprendizaje mental, funcionamos como computadoras: Nada
entra, nada sale.
Si el sistema escolar ayudara a los estudiantes a equilibrar
su hemisferio derecho (creativo) con el izquierdo (analítico), tendríamos más
genios como Leonardo Da Vinci, Albert Einstein, Steve Jobs, gente que tiene un
balance entre ambos hemisferios y pueden aterrizar su creatividad en algo
tangible y que verdaderamente aporte cosas a la humanidad.
Por otra parte, si se incentivara la parte creativa,
podríamos resolver los problemas de nuestras vidas de una manera más rápida y
efectiva, al igual que los problemas que enfrenta cualquier negocio, sobretodo
en sus inicios.
Tristemente, como no es así, el sistema nos hace analíticos
y no podemos enfocarnos en cuestiones creativas porque así hemos sido
condicionados. La vida es demasiado corta para ser analíticos, tal es así que
conozco gente que lleva mucho tiempo diciendo que va a poner un negocio, o que
cuando termine la carrera y lleve mucho tiempo trabajando en una empresa, va a
poner su negocio. Se quedan en la “parálisis de análisis”, pensando que el
tiempo les dará la experiencia que necesitan. La mala noticia es que el tiempo
por sí mismo no te da la experiencia, te la da la ACCIÓN. Aprender haciendo y
aprender de los errores que cometemos.
En 1969, Edgar Dale hizo un estudio que se reflejó en lo que
él llamó “El cono del aprendizaje”.
En resumen, lo que Dale concluyó fue que después de 2
semanas, solamente recordamos lo que decimos y hacemos. Lo que menos recordamos
es lo que leemos. Sorpresivamente en la escuela lo que más hacemos es leer.
La educación que sólo se ocupa del aprendizaje mental,
retarda el desarrollo físico y mental.
Un ejemplo de la importancia que tiene el cometer errores,
se relaciona con las competencias que tenemos. Este tema es universal y se
puede aplicar a negocios, deportes, escuela, relaciones interpersonales, etc.
En este caso, primero hablo de lo general y después pondré un ejemplo:
a) Incompetencia Inconsciente – No tiene idea de lo que no
sabe. La persona tiene una idea o un reto que desconoce por completo.
b) Incompetencia consciente – No sabe lo que sabe. La
persona se da cuenta de que comete errores al llevar a cabo su idea o reto. Se
da cuenta de cuánto no sabe y de que es necesario cometer aún más errores para
seguir aprendiendo.
c) Competencia Consciente – Sabe lo que sabe. La persona
ahora ya es consciente de lo que debe saber y poner en práctica. Es el punto en
el que se afinan los errores, se aprende de ellos y se repiten con el objetivo
de mejorarlos y aprenderlos a fondo para no volver a cometerlos.
d) Competencia Inconsciente – La persona ya sabe todo y no
necesita pensar en los errores ni en la idea o reto que tenía en mente ya que
los ha dominado; por eso se le llama Competencia Inconsciente, es el punto en
el que el individuo es competitivo de manera natural en esa actividad.
Lo mejor que se me ocurre para ejemplificar esto, es el
proceso que conlleva el aprender a andar en bicicleta:
a) Incompetencia Inconsciente – Uno se siente emocionado por
la idea de aprender a andar en bicicleta, pero como nunca lo ha hecho, no sabe
qué es lo que se necesita aprender.
b) Incompetencia Consciente – Uno se monta en la bicicleta y
comienza a pedalear, de pronto cae, dándose cuenta de que hay cosas que aún no
sabe.
c) Competencia Consciente - Por medio del ensayo y el error,
uno corrige los errores. Ha observado, usualmente en el nivel inconsciente, qué
es lo que hizo que causó la caída y, a través de intentar diferentes
movimientos, finalmente llega a ser competente.
d) Competencia Inconsciente – Ya no piensa en lo que hace.
Uno tiene el conocimiento necesario y automáticamente lo utiliza para conducir
la bicicleta.
Si para esto es importante cometer errores y aprender de
ellos, es igual para los negocios, cosa para la cual no se nos prepara en la
escuela.
¿Qué más le falta a la escuela?Actualmente, los pedagogos,
reconocemos 2 tipos de educación. La formal y la no formal (o informal). La
formal es todo lo que se imparte a través del sistema educativo (escuelas y
universidades reconocidas y avaladas) y la no formal abarca todo lo que se
queda fuera (cursos, talleres, seminarios, etc.)
Desde mi punto de vista, me gusta como clasifica Kiyosaki
los tipos de educación:
1) Académica – Consta de todo lo que se nos enseña en la
escuela hasta la preparatoria. Se nos enseña a leer, escribir, matemáticas,
etc.
2) Profesional – Comienza el día que entramos a una carrera.
Nos “prepara” para el mundo profesional (si lo que buscamos es ser empleados).
3) Financiera – Los pedagogos consideramos que está fuera de
la educación formal. Mi punto de vista es que debería de integrarse a la
educación formal para que aprendamos a manejar el dinero, a crear empresas (y
no solamente administrarlas), a ser generalistas.
Lo mejor que podrías hacer si quieres ser un generalista, es
estudiar fuera del sistema. No propongo que te salgas de la escuela, aún que si
lo crees conveniente y tienes tus razones es muy respetable. Lo que propongo es
que busques fuentes de aprendizaje alternas, cosas que no te enseñen en la
escuela, estudia por convicción seminarios, cursos, talleres, conferencias,
libros, audios, en fin, pon a tu cerebro creativo a trabajar y lo más
importante… ¡Actúa!
Por: Alejandro Maldonado "El Alejo"
Con la colaboración de: Ernesto Gómez





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