El día sábado 13 de junio de 2015, mientras se iba terminando la jornada en que miles de
guatemaltecos habían juntado sus voces pacíficamente en la Plaza Central de
Ciudad de Guatemala, se avisó que se había realizado un operativo policíaco en
el Anillo Periférico a la altura de la
(31 av. 21-77 zona 7) después del paso a desnivel del Naranjo.
Sobre las seis de la tarde, más de 400 policías,
antimotines, agentes del DEIC, algunos vestidos de civil y 25 radio patrullas
de las comisarías 11, 12, 13, 14, 15 y 16, DCS Distrito Norte, División de
Fuerzas Especiales de Policía (DIFEP), DCEN y del Distrito Central de la
capital, además de varios microbuses de la PNC se habían movilizado para
detener a un autobús extraurbano de la ruta de San Juan Sacatepéquez en el que
un grupo de 40 mujeres, 20 hombres, niños y niñas volvían a sus casas después
de manifestar pacíficamente en la Plaza Central junto a miles de personas de la
ciudad capital. Les atravesaron una radio patrulla y sin más les empezaron a
rodear. Y les pedían bajar del bus, la gente no se bajó.
¿Versiones sobre la causa del operativo?
Primero les dijeron que era porque les reportaron que habían
asaltado ese bus; luego dijeron que era porque adentro iba gente armada.
Finalmente, que les detenían porque dentro iban dos personas con orden de
captura por asesinato, tal y como lo dijo en twitter el Ministerio de
Gobernación:
Así era, el operativo tenía como fin la búsqueda de Andrés
Patzán y Lionzo Raxoc, vecinos de Los Pajoques con orden de captura. Pero la
gente no les abrió la puerta del autobús. Según la procuradora adjunta no quedó
claro el motivo del operativo, el mismo director de la policía dijo a la prensa
que les habían informado personas en la Plaza que en un bus podrían viajar
personas que han cometido delitos y al interrogarlo sobre el tipo de delitos
dijo que podían ser violencia contra la mujer o violencia doméstica.
Varios de las agentes de la PNC que fueron puestos para
realizar el desalojo de las personas que rodearon el bus, portaban armas
automáticas, también habían agentes con fusiles AK-47. Ningún agente que
participe en un desalojo puede portar armas de fuego.
Las Doce Comunidades Maya Kaqchikel de San Juan Sacatepéquez
se ha dado una resistencia pacífica desde el año 2007 hasta la fecha contra el
embate de la empresa Cementos Progreso y Conasa, que construyen ahí una planta
cementera y un Anillo Regional que servirá de red vial para conectar la Planta
de cemento con las principales carreteras del país. La gente ha sido
fuertemente reprimida, les han impuesto dos estados de excepción, han habido
muertos, mujeres violadas y abusadas sexualmente durante estos dos momentos;
les han acusado de terroristas y hay varios miembros de las Doce Comunidades
Kaqchikeles en prisión. Por tanto, este tipo de intimidaciones y agresiones
contra ellos no les es extraño.
En cuanto se dio la noticia, muchas de las personas que aún
quedaban en la Plaza Central se desplazaron
al lugar para verificar la situación de las familias retenidas y para
velar por el respeto de los derechos humanos de las personas.
La solidaridad no se hizo esperar

Estudiantes de #USACesPueblo, representantes estudiantiles
ante el CSU, organizaciones de mujeres,
derechos humanos, campesinas, vecinos de las colonias sobre el Periférico y más personas se unieron para hacer una
barrera humana y así proteger el bus y a las personas que estaban dentro y
fuera de él. Al poco llegaron un grupo de autoridades indígenas, hombres y
mujeres ixiles a sumarse quiénes portando sus bastones de autoridad ingresaron
al bus para verificar la situación de las personas adentro.
La fuerza de la solidaridad se materializó con ellos. Se
gritaban consignas, se cantaban canciones. En un megáfono sonaban “Sólo
queremos ser humanos” de Fernando López y “Sólo le pido a dios” de Leon Gieco.
Los carros que pasaban pitaban apoyando. A los policías les gritaban “el pueblo
uniformado también es explotado”.
Había mujeres y niños a borde del colapso después de casi
dos horas de encierro e incertidumbre. Alguna gente de las casas cercanas, de
la orilla del Periférico, ofrecía sus casas para el baño, para los niños. Había
gente haciendo colecta para los pañales de los bebés.
Comenzaron entonces los vecinos a romper el cerco policial,
llegaron con alimentos, atol, panes, agua pura, familias completas llegaron a
dejar pañales, alimentos, corrían de un lado a otro atravesándose el Anillo
Periférico para llegar hasta donde se encontraban las familias kaqchikeles.
Cuando esto ocurría, cientos de voces coreaban “Uniremos al campo y la
cuidad!”.
El abogado José Domingo del Comité de Unidad Campesina CUC
presentó ante un juez un recurso de exhibición personal a favor de todas las
personas retenidas dentro de la camioneta.
Los abogados Sergio Beltetón y Carlos Bezares se hicieron presentes,
alegando ante la policía que se trataba de un operativo realizado fuera de
lugar, con abuso de autoridad por la presencia de guardias fuertemente armados,
una cadena de antimotines rodeando el área, provocando terror, y tratando a las
personas de San Juan Sacatepéquez como si fueran delincuentes. Pidieron a los agentes de la PNC y DEIC que
presentaran una orden de aprehensión emitida por un juez y los oficiales a
cargo del operativo se negaron a mostrar un solo documento, afirmando que en
los celulares era en donde portaban fotografías de los hombres a quienes ellos
buscaban. La policía le pedía al
abogado su identificación, pero él dijo que
está esperando a juez de turno y que no dará datos.

A las 9.30 el ambiente se tensó. Los más de 300 antimotines
se formaron, tomaron sus cascos y rodearon el bus y a la gente. Amenazaron con
golpear y quitar por la fuerza la cadena humana de estudiantes, defensores de
derechos humanos y sacar a las 40
mujeres con sus hijos y hombres que estaban dentro del bus.
En un instante la tensión de la posibilidad del desalojo
cambió, los agentes ya habían definido la estrategia para disolver la manifestación
de apoyo y tomar control del bus, definieron qué tipo de gas usar y la
formación que debían mantener cuando el tráfico se paró.
Y después de cinco horas pudieron seguir la marcha
Fue entonces que llegaron tres buses con unas 150 personas
de las comunidades de San Juan Sacatepéquez y se sumaron a la cadena humana que
hacían los estudiantes y manifestantes que venían del parque.
Llegaron a solidarizarse para llevarse a casa a quiénes por
horas habían sido retenidas. “Libertad,
libertad, libertad” gritaban los comunitarios junto con la población que
acuerpaba desde horas antes.
Momentos antes había
llegado la Licda. Hilda Morales, Procuradora Adjunta de los Derechos
Humanos. El operativo tomó un nivel distinto cuando también llegaron el
Director de la Policía Nacional Civil Walter René Vásquez Cerón, la y el diputado Amílcar Pop, también miembro de
la Asociación de Abogados Mayas.
Las negociaciones y discusiones entre ellos se alargaron
hasta que a las 11.10 de la noche, las mujeres Sanjuaneras se colocaron frente
a los antimotines y éstos retrocedieron, luego llegaría la orden de retirarse
de la escena y el Director de la Policía Nacional Civil dio declaraciones
públicas, explicando que la PNC cumplía órdenes, que el diputado Amílcar Pop le
pidió que sopesaran lo que significaba la detención de dos personas frente a la vulneración de todos. Se le
preguntó cómo es que sabían que en le
autobús viajaban las personas con orden de captura y no supo responder.
Las y los universitarios en mayor cantidad ocuparon el
carril auxiliar para evitar el avance de la fuerza anti motín.
Finalmente, a las 11.20 de la noche, después de casi cuatro
horas de detención, tensión e incertidumbre, el Director de la Policía Nacional
declaró que por razones humanitarias dejarían ir al autobús. La Procuradora
Adjunta firmó un acta para que las 60 personas retenidas pudieran continuar la
marcha y regresar a sus hogares
La Procuraduría de Derechos Humanos y el diputado Amílcar
Pop les acompañará hasta San Juan para garantizar que no les vuelvan a
hostigar.
Llegó el momento de la salida del bus retenido, las familias
fueron acompañadas por los otros buses que llegaron desde San Juan Sacatepéquez
e iniciaron su regreso a la comunidad, en ese momento los estudiantes se
concentraron junto a los vecinos y otras personas que llegaron al lugar, de un
extremo y otro del Periférico los vecinos gritaban y aplaudían, los camioneros
y las personas de los vehículos bocinaban o gritan su apoyo. Sí se pudo, sí se
pudo.

Finalmente a la una de la madrugada del domingo 14 de junio,
el diputado Amilcar Pop y la gente de la PDH pudo regresar a la capital.
Terminaba así un episodio más de brutalidad, prepotencia y
arbitrariedad que han marcado los últimos diez años de la lucha de las Doce
Comunidades Kaqchikeles de San Juan Sacatepéquez por su derecho a un futuro
digno.
La esperanza que estos dos últimos meses se ha levantado en
el país, no debe hacernos olvidar estas luchas que siguen en pié y que es el
mismo Estado corrupto el que busca acabar con ellas. La reciente detención de
Ermitaño López de Barillas, y la audiencia
del caso por el que se acusa a Rigoberto Juarez y Domingo Mateo, que
será el próximo martes 16, nos lo
recuerdan.
Esto apenas comienza.
#MiCorazonEsDeFlores