Un testigo implicó este jueves al presidente guatemalteco
Otto Pérez Molina en las masacres de indígenas de los años 80 por las que son
juzgados el militar retirado José Efraín Ríos Montt y su jefe de inteligencia
jefe de inteligencia, José Mauricio Rodríguez Sánchez.
POR AGENCIA AP
CIUDAD DE GUATEMALA 04/04/2013-
El testigo Hugo Reyes, quien fue mecánico del cuerpo de ingenieros del
destacamento militar Nebaj-Quiché, declaró por videoconferencia que "los
militares y los soldados a órdenes del mayor Tito Arias, conocido como Otto
Pérez Molina, el general (José Luis) Quilo Ayuso y los comandantes de las
compañías de ingenieros coordinaban la quema y saqueo de la gente para luego
ejecutarlos", dijo.
El general Quilo Ayuso es uno de los testigos propuestos
para declarar a favor de Ríos Montt.
Añadió que "las personas que llegaron a ser ejecutadas
en el campamento llegaban golpeadas, torturadas, con la lengua quitada, con las
uñas quitadas, entre otras lesiones".
Bombardeos de aldeas, decapitaciones y niños pateados como
balones, fueron algunos de los horrores descritos ante el tribunal que juzga a
Ríos Montt y su exjefe de inteligencia José Mauricio Sánchez como responsables
directos de la matanza de 1 mil 700 indígenas ixil en 1982.
En el juicio por genocidio y delitos contra los deberes de
humanidad, que en días anteriores escuchó los testimonios de mujeres violadas,
fue el turno de testigos de las masacres y de peritos antropólogos.
Julio Velasco Raymundo, de 40 años, dio su testimonio por
videoconferencia ante el Tribunal de Sentencia de Mayor Riesgo "A"
sobre su vivencia cuando era niño y fue recluido en el campamento Visan, en el
destacamento militar de Nebaj Quiché en 1983.
Ataviado con un suéter oscuro, pantalón blanco y un sombrero
que cubría su cabeza, Velasco dijo que a los 8 años vivió en el destacamento
como resultado de una masacre.
"Vi cuando mataron a una anciana y los oficiales les
cortaban la cabeza. Esos oficiales que le quitaron la cabeza entraron en la
cocina, esos oficiales jugaban con la cabeza de la anciana y como que fuera
pelota tiraban la cabeza entre los oficiales", dijo Velasco.
"Habían muchas excavadoras, muchas máquinas grandes con
las que abrían los hoyos y allí echaban los cuerpos, luego mandaban a los niños
a recoger basura y echaban la basura sobre los cuerpos, les echaban gasolina y
luego los prendían fuego", dijo Velasco, auxiliado por una juez desde un
lugar que no fue revelado.
"Le cortaba la lengua a la pobre gente, hay gente que
no hablaba castellano y le cortaba la lengua a la gente, antes la gente no hablaba
el idioma y los puyaban con un cuchillo y los partían y hacían un montón de
cosas, a los niños los tiraban por allí, si algún bebe lloraba los agarraban
como si fueran su pelota, hacían cosas que no eran buenas", relató
Velasco, exaltado, ante el Tribunal.
Las historias de horror vividas por la víctima que es
protegida por el Ministerio Público dieron cuenta también de bombardeos a
aldeas por parte del Ejército.
"Dos o tres veces a la semana llevaban en la noche a la
gente, Los soldados se paraban encima de la gente, y disparaban encima de la
gente, luego hacían hoyos los mataban en la montaña o en el río. Tiraban
bombas, cuando levantaban una bomba temblaba la tierra, era un gran ruido,
levantaba polvo, esas bombas las tiraban en algunas aldeas, o si miraban gente
civiles trabajando, los miraban con un larga vista y levantaban y los mataban,
les tiraban a la gente" dijo el testigo.
Velasco salvó su vida gracias a un especialista del Ejército
que se lo llevó a su casa luego de que un oficial del mayor rango quiso
matarlo.
"Me acuerdo de un especialista, un hombre, a pesar de
la guerra a pesar de todo lo que hacían, había personas buenas. Un día un
especialista me metió en una llanta de tractor y me rodo en la llanta, así me
salvo la vida" dijo.
El primer perito en declarar, Mario David García, dijo que
entre los muertos había mujeres embarazadas y la osamenta de un niño nonato.
Al leer un informe, García explicó que se localizó entre los
muertos una osamenta dentro de la región pélvica de otro cadáver, "lo que
significa que la mujer estaba embarazada".
El general Ríos Montt y su entonces Jefe de Inteligencia
José Rodríguez son acusados por la muerte de al menos 1 mil 771 indígenas de la
etnia ixil en Quiché, durante su gobierno de facto entre el 23 de marzo de 1982
al 8 de agosto de 1983.
Guatemala vivió una cruenta guerra civil entre 1960 y 1996
que culminó con la firma de acuerdos de paz. Según un informe de Naciones
Unidas, unas 200 mil personas murieron en ese período.
Fuente: Prensa Libre