Los soldados usan su quepi en el trabajo pero al hacer el saludo se lo quitan. ¿Qué se cree ese indio?, leí entre un montón de comentarios que levantó en el feisbuk la decisión del parlamentario Amílcar Pop de no quitarse su sombrero cuando esté trabajando en el pleno del Congreso de la República.
Este congresista con su singular prenda arraigada en la costumbre indígena y una tradición familiar, según sus propias palabras, me evoca a otros parlamentarios recordados no solo por representar una etnia del país, sino por los comentarios, muchas veces racistas que se levantaron en su entorno.
Uno de ellos, más recordado por gente de mediana edad, estuvo en la Asamblea Nacional Constituyente de 1985. Mauricio Quixtán, originario de Xela, llegaba al palacio legislativo con caites y un radio de transistores colgando del hombro para escuchar marimba. Sus compañeros lo miraban de reojo y se burlaban de él sin tapujos, mientras bajaba las gradas del pleno para sentarse en su curul.
Quienes se atrevían a hablarle le reprochaban su actitud de pueblerino. Guatemala está atrasada por culpa de los indios, dijo en una ocasión el constituyente José Francisco García y luego se enfrascaron en una disputa verbal frente a todos. Dejar sus costumbres de indio y comportarse como un Padre de la Patria para no ponerlos en vergüenza, era lo que ellos exigían. Pese a las burlas, el tiempo que estuvo en el cargo no declinó en sus costumbres de llevar su traje regional y un morral a cuestas.
Más recientemente, en la legislatura 2000-2004 recuerdo a Pablo Ceto -electo por la URNG- y su saco tradicional del Triángulo Ixil. A la vista de cualquiera, sus colores rojo con ribetes negros, desentonaban con los sacos y corbatas de cashé de sus compañeros.
Alguien le habrá dicho algo. No lo se, ni lo creo. Era un exguerrillero y conocedor de sus derechos como indígena por lo que los otros, nada mulas, han de haber preferido no meterse a clavos.
Para esos días ya había una reforma al Código Penal que permite el juicio en contra de quien discrimine con actos y palabras en contra de otra persona. En ese tiempo la Premio Nobel, Rigoberta Menchú, uso ese derecho al iniciar un proceso en contra de seguidores del general Efraín Ríos Montt que la acosaron en una diligencia judicial.
Ahora, Pop, originario de Alta Verapaz, tuvo su primer encontronazo cuando ni siquiera había pisado la alfombra del pleno. Segundos antes de jurar para la legislatura 2012-2016, el mismísimo constitucionalista Oliverio García Rodas, como parte de la comisión de protocolo del Congreso, le advirtió que debía quitarse el sombrero al entrar o no le permitiría el paso.
El diputado q´eqchí lo retó a atreverse, pero también le dijo que si antes le iba a quitar sus quepis a los cadetes de la Escuela Politécnica que adornaban el recinto para el evento, él mismo se lo quitaría. Eso no ocurrió y los cadetes hasta entonaron el Himno Nacional con sobrero puesto.
Amílcar entró con el suyo y la advertencia para todos de que sus tradiciones nadie se las iba a quitar. Más bien retó a sus compañeros a que se pongan a trabajar por el pueblo, que para eso se les paga, y no para juzgar la forma en que visten los demás.
Fuente: fotografia: http://www.atlasweb.it
Información: http://relatosdeunaprendiz.wordpress.com