Fuente: PRENSA LIBRE
Las primeras piezas de arte maya llegaron a Hamburgo procedentes de Guatemala en 1878, años antes de la fundación de este museo, explica Bernd Schmelz.
Debido al café, las relaciones entre hamburgueses y guatemaltecos son muy estrechas y aún más antiguas. Ya en 1828, numerosos maestros y comerciantes alemanes se establecieron en Guatemala, señala el director científico de la institución.
Este contacto fue intensificado a nivel cultural por Franz Termer. Durante un viaje de investigación entre 1925 y 1929, quien más tarde se convertiría en el segundo director del museo hamburgués comenzó a coleccionar no sólo piezas arqueológicas, sino también objetos de arte y artículos que formaban parte de la vida diaria de uno de los pueblos más fascinantes de la humanidad.
Termer fotografió y filmó a los mayas durante sus quehaceres diarios y ceremonias. El etnólogo se convirtió en experto en su cultura y se interesó en especial por la producción textil de los mayas.
La colección del museo se enriqueció en la última década del siglo XX mediante una donación de mil textiles, entre ellos coloridos huipiles y trajes para ceremonias con complejos trabajos de bordado y telar.
Entre 2003 y 2010, el museo redobló los contactos con los mayas que habitan en territorio guatemalteco, a fin de preparar esta muestra tan particular, que armoniza el gran pasado precolombino con la fascinante vida contemporánea de este pueblo, sintetiza Schmelz.